skip to main | skip to sidebar

sábado, 5 de noviembre de 2011

Suicidio



-Sé que estas cansando de tener que vivir estos puñados de días, cada día que no valen la pena.

-Te esfuerzas en hacer las cosas bien y nadie te lo reconoce pero basta que hagas algo mal para que todos te observen con una mirada de desaprobación mientras te señalan con el dedo con sus convincentes argumentos.

-Deseas cosas que sabes que jamás serán tuyas, sabes que las mereces y los que las poseen no saben valorarlas.

-Dudas y te piensas dos veces cada paso que das, por temor a caerte y jamás poderte levantar.

-Quieres hacer algo por cambiar el mundo pero eres tan insignificante para él que no puedes ayudarle en nada.

-Sabes que tú existencia es mero error y te pones depresivo cuando intentas fingir ser quien no eres.

-Cargando todo el peso de los demás sobre tu espalda, mientras ellos se regocijan con tu ganancia sufrida y ni siquiera valorada.

 -Envenénate, disparate, ahórcate, decapítate, mutílate, asfíxiate, lo que sea que provoque que tú llama de la vida se apague por siempre.

-Sabes que lo deseas…

 -Si lo haces todo ese martirio y sufrimiento que sientes se irá dejándote en paz, si no pudiste conseguir la paz en la vida consíguela en la muerte.

Ahora dime… ¿Morirás como un cobarde o lucharas por sobrevivir estos días y encontrar la paz interna que hay dentro de ti como un valiente? La paz verdadera no existe, es como creer o no creer en Dios, no existente nada absolutamente contundente que te pruebe que es real, solo es decisión tuya si creer y sentirlo o no creer y no sentirlo. 

0 comentarios:

Publicar un comentario